sábado, noviembre 17, 2007

Leones por Corderos: Trasquilando conciencias

El día de ayer vi la película "Leones por Corderos", en la que actuaban Robert Redford, Meryl Streep y Tom Cruise. La verdad es que entramos a verla porque llegamos tarde a la última función y sólo estaba disponible esa y otra creativamente llamada "Máximo riesgo".

La película era una especie de reflexión acerca de algunos puntos de vista de los estadounidenses sobre su país, por dentro y por fuera. Más que las actuaciones, me sorprendió muchísimo que el argumento y los diálogos hayan sido concebidos en la industria norteamericana, la misma que produjo a estrellas como Britney Spears y películas como "Independence Day".

La profundidad temática de la cinta es realmente buena. De todas formas, es inevitable, por lo menos para mi, apreciar esas películas sin buscarle el cabe, la zancadilla, el gancho, acostumbrados a bodrios en los que lo máximo a lo que llegaba la reflexión o enseñanza , era una moraleja onomatopéyica y monosílaba ( al estilo de Fonzie de los "Dias Felices"), entre unos dientes juveniles masticando chicle.

En los primeros minutos de la cinta se veían miliares en Afganistán. Automáticamente me dije:" !Diablos, ahí van otra vez, que genocida obstinación!". Pero a medida que avanzaba la trama, se veían dos interesantes contrapuntos: Uno entre un maestro de universidad explicándole a un alumno brillante pero renegado las razones por las que debía volver a clases; el otro era entre una periodista muy aguda y un senador, este dándole como "primicia" a aquella una nueva estrategia frente al terrorismo. El senador, interpretado por Tom Cruise (que cuando quiere revienta su etiqueta de galán de dientes de leche y la reemplaza por la de actor) había promovido esta nueva estrategia con el único fin de usarla luego como arma política en su ambicioso ascenso a la presidencia.

La sociedad norteamericana es una de las más desarrollada del mundo en ingresos, acceso a servicios y tecnología. Pero ese mismo progreso los hizo despreciar la necesidad de mantenerse conectados, de igual a igual, con el resto del mundo. La globalización ahí no ha funcionado en doble sentido; solo de ida. Los jóvenes están en su mayoría dedicados a las logias, a dispararse entre ellos, a las drogas al alcohol y a gozar de la vida. Pero piensan que el mundo es una mesa que termina en los lagos del norte y en el muro del sur. El resto son anécdotas de internet.

Frente a esta indiferencia y estupidización, es fácil justificar cualquier cosa. Se dice que la manipulación se da con mayor fuerza en las dictaduras. Pero ya Mario Vargas Llosa hablaba de las "dictaduras perfectas" en los tiempos de hegemonía del PRI en México, elegido "democráticamente" durante casi 40 años consecutivos.

¿Cómo debemos llamar entonces a las democracias que ocultan información a sus ciudadanos, y la utilizan para sus intereses?. En el caso de la interminable masacre en el medio oriente, los mismo errores cometidos en Vietnam se estan redituando hoy, sólo que con un "daño colateral" mucho más elevado.

¿Cómo debemos llamar a esos gobiernos, que no se enmiendan ni al ver escenas de personas descuartizadas, niños despedazados por un misil, charcos de sangre por todos lados, reclamos para que se regresen a su país, etc.? Si ni esas imágenes de niños en las condiciones que se han visto por televisión los conmueve, nada podrá hacerlo.

Esos mismos gobiernos se fundamentan en ciudadanos satisfechos en su vida personal, engordados, engreidos y servido sin límites. ¿Como oponerse a quien te sustenta así?

Al final de la película, el único desenlace es el de dos soldados acribillados a balazos en una montaña de Afganistán. No se sabe si la reportera publicará la estrategia-primicia del senador, ni tampoco si el joven renegado volverá a clases. La decisión se deja en manos del expectador.

Habrá que ver que tanta publicidad le dan los medios y las carteleras a esta película en su propio país. Así como el "Codigo da Vinci" o "La tumba de Jesús", recibieron por todo contrapunto el filo del silencio que lleva al olvido, así tal vez se haga con esta película lo que se hizo con Farenheit... o se está haciendo con "Una Verdad Incómoda". Silencio del otro lado de la línea. Silencio y distracción con otros ruidos.

¿ A dóde llevará toda esta próspera ingorancia? El imperio romano cayó (dos veces), porque fue un gigante que se durmió en sus laureles, abusó del poder, se corrompió y se sintió imbatible. Este nuevo gigante duerme con todo el cuerpo, pero mantiene un ojo abierto, rojo de sangre. El día llegará en el cual se le cierre de agotamiento. entonces los bárbaros saltarán sobre él, lo descuartizarán y reinventarán el mapa. Y todo empezará otra vez, si quedan suficientes trozos.

Esperemos que antes que esto suceda, el gigantón abra el ojo sano.

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