El frío recibimiento que ha tenido el Presidente Peruano Alan García en el interior del Perú, está en estrecha relación con los bajos niveles térmicos que vienen soportando esas regiones durante las últimas semanas.
Más preocupado por el bajo nivel en las encuestas que por el aumento de los casos de fallecimiento por neumonía en Huánuco, Alan ha desplegado una gira de estrella musical, con el consiguiente despilfarro de dinero en él y en toda su comitiva. En vez de hacer esto, se hubiera podido utilizar ese dinero para ayudar efectivamente a quienes hace visita de médico. Aunque difícilmente pueda curarlos del frío y la molestia que les provoca su innecesaria presencia entre ellos.
Actitudes como ésta, de candidato eterno (¿no criticó tanto a Alejandro Toledo por eso?) cronológicamente desubicado, son las que no sólo le restarán más puntos, sino que empeorarán, a niveles de anarquía, la situación promovida por chavistas y humalistas, y atizada por el gobierno con su frivolidad al encarar los graves problemas que son la verdadera causa de las protestas. Los problemas no se resuelven olisqueándolos por lo alto desde una nariz displicente, soberbia y respingada.
El Perú está una vez más ante la ironía de la eterna oportunidad perdida. Y si ni siquiera en bonanza económica podemos progresar, simplemente no merecemos el progreso y sí todo lo que nos sucede como sociedad.
Aún faltan cuatro años de gobierno aprista y ya tenemos 24 disturbios simultáneos de magnitud a nivel nacional (según Defensoría del Pueblo). Queda entonces apelar a tirios y troyanos a que depongan sus actitudes y abran los ojos a una realidad que, de seguir siendo manipulada, al final perjudicará a ambos lados. Y en medio, a millones.
Tags Blogalaxia: Alan Garcia, Humala, Protestas.
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