Rehenes surcoreanos en Afganistán: Los Nuevos Bárbaros a las puertas del Imperio

La crisis de los rehenes surcoreanos en Afganistán no tiene cuando acabar. Aunque lo más probable es que su país no cumpla las exigencias de los captores de liberar a 8 terroristas presos por los americanos.

Ya uno de ellos fue hallado muerto, y ese es lamentablemente el estilo de los terroristas. Su crueldad, vista además tantas veces por Internet, está más que confirmada. La única manera en que un gobierno civilizado llegue a un acuerdo con fanáticos es aceptando todas sus condiciones. Nada más ni nada menos será aceptado por ellos. Si realmente consideran que la vida de sus compatriotas (de cuya integridad física son responsables en estos momentos, frente a sus familias) es más importante que sus estrategias políticas, deberán ceder. De lo contrario la carnicería está garantizada.

Es penoso ver como gente inocente es absorbida por un conflicto mantenido con vida por un país que no es el suyo en otro país que tampoco lo es. ¿Es justo esto? ¿Qué es tan importante que puede darle el derecho a los americanos a exigir colaboración a su “aliados” en esta guerra eterna, sin ninguna consideración por lo que pueda pasar con gente ajena al conflicto?

Los Estados Unidos han arrastrado a medio mundo a combatir su guerra, mediante chantajes económicos, políticos y quién sabe de qué otro tipo. Todo por garantizar en el largo plazo su hegemonía mundial mediante el control de recursos necesarios para alimentar su gigantesca maquinaria, sin consideración por el medio ambiente, la vida humana y en contra de todas las corrientes de humanismo y humanización de las relaciones planetarias.

Es bien sabido que esta superpotencia jamás ha ganado una guerra de guerrillas (recordemos Vietnam), menos ahora que son más de cuatro las que combate a nivel mundial las cuales, más que querer ganarlas, las extiende innecesariamente para utilizarlas como herramientas de control social y electoral en su mercado interno, sembrando el miedo y el aislamiento en sus ciudadanos, que ya raya en la psicosis.

Estados Unidos ya está rodeado por los Nuevos Bárbaros: El Déficit, los Cambios Climáticos, la Pérdida Acelerada de Poder, El Exceso, etc. Su caída será gradual y no súbita; Corroído por dentro, colapsará. Es necesario que el resto de países poderosos entiendan que cuando esto ocurra, no se deberán pelear entre ellos por el trono, sino que deberán demostrar que se puede construir, a partir de las cenizas del gigante, un nuevo orden mundial más equitativo y libre, y que no se repita la historia para estar nuevamente peleando guerras ajenas. Tal vez así la Tierra nos quiera dar una nueva oportunidad.

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